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lunes, 14 de junio de 2021

 

Reto 2

El feminismo equilibrado de Matilde del Real y Mijares

    Matilde García del Real y Álvarez Mijares es la figura que he querido destacar en este Reto nº 2 del curso Fundamentos sobre igualdad entre mujeres y hombres. La elijo a ella por ser una destacada pedagoga de que vivió en la segunda mitad del siglo XIX y primer tercio del  del siglo XX cuando en este país todos pensaban que España debía cambiar en profundidad y que eso solo era posible mediante la educación, ni más ni menos que lo que escuchamos en el siglo XXI. Y la elijo, además, porque, a pesar de haberme licenciado en Pedagogía , esta admiradora de concepción Arenal no aparecía en los textos de historia de la Educación y la descubrí casualmente en un texto sobre las primeras inspectoras escolares de Madrid cuando fue una figura de vanguardia en la  educación infantil en España. Como tantas otras mujeres, ha quedado invisibilizada. 

    Nació en 1856 en Oviedo , casi al mismo tiempo que  la Ley de Instrucción Pública , la conocida como Ley Moyano que, a pesar de que preceptúa la obligatoriedad de la Educación Primaria  de 6 a 9 años para todos los españoles sin distinción de sexos, establece  diferencias sustanciales en el contenido de las enseñanza para uno y otro sexo y era claramente discriminatoria con la instrucción femenina. Esta discriminación era consecuencia del nuevo orden social liberal que dejó de lado el pensamiento ilustrado, en el que  todos los humanos eran libres e iguales, para dar paso a un orden de esferas separadas  la pública y laboral masculina y la privada y doméstica femenina. El argumento en el que se apoyó el orden liberal estaba en  la naturaleza esgrimida por Rousseau , era la diferencia sexual la servía a los nuevos intereses del pacto social de los varones .

    La familia de Matilde era culta, padre y madre eran escritores y cuando llegaron a Madrid se  relacionaron con círculos krausistas. A los catorce años ingresó en la Escuela de Institutrices  que era la del más alto nivel que había en España dirigida al sexo femenino y obtuvo el título en 1873. En 1874 se presenta a los exámenes libres en la Escuela Normal Central y obtiene el título de Maestra Superior Al año siguiente fue nombrada maestra auxiliar en una escuela municipal de Madrid, donde ejerció la enseñanza durante 5 años a la vez que seguía cursos de pedagogía especial froebeliana que tan importantes fueron para la creación de las innovadoras escuelas de párvulos. Reclamó y consiguió ser nombrada inspectora de las escuelas de niñas ya que tenía la experiencia y la titulación que otros inspectores y trabajó en la inspección hasta que se retiró.

    Publicó libros e innumerables artículos en revistas y periódicos . Cito el titulado La escuela de niñas (1890) por ser una de sus obras más conocida y la que se relaciona con este reto. Es un libro muy práctico y moderno en sus planteamientos teóricos sobre cómo debe ser la instrucción de la niñas. Nuestra pedagoga, a pesar de que vive su tiempo y no niega el papel que ocupa la mujer en esa sociedad liberal , demanda para las niñas una superior instrucción y formación que debe empezar en las escuelas de niñas y para ello trabajará toda su vida creando la primera escuela de adultas en España, visitando en el extranjero escuelas profesionales para luego proponer y desarrollar centros de segunda enseñanza para mujeres, participando activamente como ponente y como organizadora de encuentros y congresos pedagógicos y convirtiéndose en un figura muy conocida también internacionalmente.

    Cito, por estar relacionado con este reto, su participación, junto a ilustres hombres del momento, en una encuesta en torno al feminismo que promovió el escritor Gregorio Martínez Sierra, aunque se sabe que fue realizada por su mujer María Lejárraga. En ella responde que no ve oposición entre feminidad y feminismo, pues considera que son términos que no se oponen , que son casi idénticos, siempre que no se entienda por feminidad la pura coquetería, frivolidad e inconsciencia de los deberes y responsabilidades de la mujer , y el feminismo la igualdad de derechos civiles y políticos. Considera que la mujer debe intervenir en la elaboración y modificación de las leyes, debe participar en la administración y organización de muchos servicios municipales que ella también conocía ,y que son las propias mujeres las que deben, mediante el estudio y el trabajo, capacitarse para demostrar que saben hacer las cosas que se les encomiendan. Piensa que conseguidos los derechos civiles y políticos de las mujeres, pero "siempre amante y compañera del hombre" pueda colabora con él en todas las obras de resurgimiento y cultura de la patria.

    Matilde del Real nunca se casó y reclamó para la mujer soltera formación y educación profesional para poderse mantener por sus propios medios tal y como ella demostró que podía hacerse.

    Como vemos este feminismo equilibrado choca con el de otras mujeres también del mundo de la educación de su época .

Para escribir este post me he basado en el libro de Mª Teresa López del Castillo titulado Defensoras de la Educación de la mujer. Las primeras inspectoras escolares de Madrid  ( 1861-1926) que dedica un extenso capítulo a Matilde, y para situar el contexto de lo que era educación de las niñas en su época he leído el artículo La escuela de niñas en el siglo XIX: la legitimación de la sociedad de esferas separadas de Pilar Ballarín Domingo (2007) de la Universidad de Granada.



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